jueves, 30 de septiembre de 2010

"CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN" de Muzzorgsky


Esta obra fue realizada como consecuencia de la amistad que unía a Mussorgsky con el artista y arquitecto Victor Hartmann, desde 1862. Eran íntimos amigos y se movían en el mismo ambiente creativo, destacando su común interés por el arte de lo folklórico o tradicional. A la edad de 39 años, Hartmann falleció de un ataque al corazón, lo que sumió a Mussorgsky en una profunda depresión. Al año siguiente, en 1874, y en su memoria, se celebró en San Petersburgo una exposición de 400 dibujos y maquetas del arquitecto. Esta exhibición inspiró al músico la composición de un ciclo para piano, que escribió en tres semanas, a principios del verano de ese año. Mussorgsky parte a veces de sugestiones insignificantes para pintar imágenes que corresponden a sus arquetipos y fascinaciones personales.

Consta de un conjunto de breves fragmentos musicales, empezando por el llamado Paseo, donde aparece la conocida melodía pentatónica, escrita en compás de 5/4 y 6/4, –interpretada en esta ocasión por la trompeta- que separa las diferentes piezas, y que representa al propio compositor. A continuación viene el inquietante Gnomus, un grotesco cascanueces con forma de retorcido y malévolo gnomo, con sus convulsiones y aullidos, que Hartmann había diseñado como un adorno del árbol de Navidad. Un nuevo Paseo, ahora más dulce, a cargo de la trompa, nos lleva a las puertas de El viejo castillo medieval (Serenata de un trovador al pie del castillo) donde el fagot entona una nostálgica melodía, la interpretada por un trovador a su amada bajo la luz de la luna; su tono melancólico parece indicar, que lo hace sin mucho éxito; sin embargo Ravel hace que a continuación el saxofón interprete un tema elegíaco, más efectivo.

El siguiente Paseo nos introduce en las Tullerías (Disputas de niños después del juego), donde todo es ligereza y dulzura; se trata de un Scherzo en miniatura, que describe a unos niños y sus cuidadoras jugando en los jardines parisinos. Esta vez sin transición, pasamos a Bydlo, palabra polaca que significa carreta tirada por bueyes, donde la cuerda grave y el fagot siguen rítmicamente el paso mientras resuena un robusto canto en la tuba; hace referencia a un dibujo de Hartmann de una carreta de este tipo en un pueblecito de Polonia. Una nueva versión del Paseo en el registro agudo de las maderas y después en las cuerdas, anuncia el Ballet de los polluelos saliendo del cascarón, una pieza humorística, con pizzicatos y trinos que evocan los ruidos de los polluelos; el músico se inspiró en un boceto de Hartmann para un ballet infantil llamado “Trilby”, en el que los bailarines iban vestidos como una cáscara de huevo con las patas y cabeza de un canario. La siguiente pieza, Samuel Goldenberg y Schmuyle (El judío rico y el judío pobre), describe a dos judíos que Hartmann dibujó durante un viaje a Polonia. Retrata a un judío rico y arrogante mediante una auténtica melodía judía y un ritmo pomposo al unísono en cuerdas y madera, y también a un judío pobre y plañidero, reflejado en las notas convulsivamente repetidas de la trompeta. A continuación vuelve a oírse el Paseo en la versión pianística, suprimido en la de Ravel.

Comienza después El mercado de Limoges (Mujeres disputándose en el mercado), una escena de gran animación popular, llena de color, aderezada por la disputa entre dos verduleras del mercado. Continúa abruptamente con Catacumbas, donde los metales tocan a modo de un órgano, haciendo referencia a las tumbas subterráneas, en una primera sección llamada Sepulchrum Romanum. En la segunda sección de esta pieza, Cum mortuis in lengua mortua, la música adquiere un carácter algo fantasmagórico, como una visión de calaveras en la oscuridad.

Sigue con La cabaña de Baba-Yaga (Bruja de leyenda), que es como el folklore ruso llama a una bruja que vuela sobre una cabaña construida con patas de pollo; Hartmann usó esta imagen para construir un reloj. Y por último, La gran puerta de Kiev, por donde vuelve a sonar el Paseo alternado con cantos rusos ortodoxos y concluyendo con un carillón que moviliza a toda la orquesta. Se trata de una evocación del plan de Hartmann de realizar una inmensa puerta de piedra al viejo estilo ruso, con una corona a modo de yelmo eslavo. Era un encargo de la ciudad ucraniana de Kiev, pero que nunca llegó a construirse.